lunes, 3 de diciembre de 2018

Historia del Cine: Años 60 y 70





Historia del Cine: Años 60 y 70

Ante la creciente popularidad del fenómeno televisivo, los estudios de Hollywood iniciaron una etapa de espectacularidad y de novedosos procedimientos técnicos para volver a atraer al público a las salas. Así, fueron apareciendo el cine en relieve o 3-D, el Cinerama, tres películas contiguas proyectadas en una enorme pantalla cóncava, la pantalla circular del Circarama o el cine oloroso (Odorama).
Pero de todos los inventos de esta fiebre técnica sólo se consolidarán algunos como las películas de 70 mm y el Cinemascope y con ello la pantalla panorámica, de proporciones en torno a 1/2, que se impone al formato tradicional de 3/4.
Para abaratar los gastos de producción, y de paso eludir a los sindicatos, los estudios americanos comenzaron a rodar las películas que necesitan muchos figurantes en países europeos. En Italia se rodaron Ben Hur (W. Wyler, 1959) y Cleopatra (J.L. Mankiewicz 1961-63). A España llegó en 1959, el célebre productor Samuel Bronston que produjo, entre otras, El Cid (A. Mann, 1961) o 55 días en Pekín (55 Days at Peking, N. Ray, 1963)
Pero, frente a este cine encabezado por Hollywood, surgieron en varios países nuevas corrientes, con producciones menos costosas y mayor independencia creativa. Se trataba de cine alternativo, poco comercial, experimental, de vanguardia, underground..., pero que busca obras más complejas y comprometidas, que busca puntos de vista más feministas, intimistas o revolucionarios y que experimenta con las técnicas desde presupuestos bajos.
Así, aparecen los nuevos cines y el cine de autor. Aunque estos cines no se ven favorecidos por los medios de distribución.
Aunque este módulo lleve el título " los años 60 y 70", se inicia con obras pertenecientes a los últimos años de la década de los 50.

Panorama por países

Aunque la industria y la escritura fílmica del cine de Estados Unidos tienen una posición dominante, los sesenta son seguramente una de las décadas en las que con mayor vigor hicieron oír sus voces otras cinematografías como la Nouvelle Vague y el Free Cinema en Europa (sin olvidar a Bergman y el Nuevo Cine alemán), y desde otros continentes el Nuevo Cine Latinoamericano -y dentro de él, el Cinema Novo brasileño- o la Nueva Ola japonesa.
En estas décadas muchos países impulsarán políticas de estado para promover el cine en sus países como respuesta a una invasión cada vez más evidente de los productos audiovisuales (cine y TV) norteamericanos

España

Antecedentes y Contexto Social: El desarrollismo

Como ya se ha señalado, del Instituto de Investigaciones y Experiencias Cinematográficas (I.I.E.C.), creado en 1947, proceden Juan Antonio Bardem y Luis G. Berlanga, las dos figuras más importantes del cine español de la década de los 50.
En 1962, a partir del I.I.E.C. se crea la Escuela Oficial de Cinematografía (E.O.C.), de donde saldrá toda una nueva generación, encabezada por Carlos Saura, que en 1959 se dio a conocer con Los golfos, una película producida por Elías Querejeta, a la que muchos atribuirán influencias exteriores, especialmente del Free Cinema.
Pero la enérgica inquietud de esta nueva generación con sus propuestas más renovadoras, se verá atenuada por la censura y la presión económica que ejerce el Estado a través de la concesión de subvenciones a películas, de acuerdo con su categoría artística estimada por una Junta de Clasificación.
A principios de los 60, se pone en marcha una intervención aún más activa del Estado con políticas proteccionistas y de desarrollo, que hace crecer la producción. En 1967 se establece una mejora de la cuota de pantalla, en la proporción de una película españolas por cada tres filmes doblados.
En 1961, en un gesto de cara a la galería, se recuperó a Luis Buñuel para que rodase en España Viridiana(1). Tras numerosos problemas con la censura durante el rodaje, la cinta acaparó premios en el Festival de Cannes pero, atacada duramente desde la prensa vaticana, fue prohibida en España hasta la muerte de Franco. Se intentó destruirla pero el productor mexicano Gustavo Alatriste, marido de la protagonista Silvia Pinal (la hija de ambos se llamó Viridiana), salvó su copia y distribuyó internacionalmente esta obra maestra del cine español.

Comedia Realista

Fernando Fernán-Gómez realizó una serie de películas negrísimas que han llegado a ser de culto dentro del cine español: La vida por delante (1958), La vida alrededor (1959), El mundo sigue (1963), y El extraño viaje(1964).

El Nuevo Cine Español

Carlos Saura, obsesionado con el tema de la guerra civil, hizo un cine hermético y lleno de símbolos. En 1966 dirigió La caza, fuertemente influida por la obra de Buñuel (pero sin el toque socarrón del turolense), a quien dedica su siguiente película Peppermint Frappé (1967). La obra de Saura fue adquiriendo mayor carga sociopolítica y una visión claustrofóbica de la burguesía con Ana y los lobos (1972), La prima Angélica (1973) y Cría cuervos (1975).
Los golfos - La caza - Ana y los lobos - Cría cuervos (Saura)

Fotogramas de Los golfos, La caza, Ana y los lobos y Cría cuervos (Saura)

Otros realizadores interesantes fueron Miguel Picazo, que no confirmó su deslumbrante debut con La tía Tula(2) (1964), Francisco Regueiro, con obras minoritarias y personales como El buen amor (1963), y Basilio Martín Patino, un gran intelectual de nuestro cine. El salmantino debutó con la premiada Nueve cartas a Berta(1967) y dio muestra de su talento en los documentales Canciones para después de una guerra (1971), Querídisimos verdugos (1973) o Caudillo (1974). El primero fue retenido por la censura y los otros dos rodados clandestinamente y estrenados en el extranjero hasta la caída de la dictadura.
La vida por delante - El buen amor - La tís Tula - Nueve cartas a Berta

Fotogramas de La vida por delante, El buen amor, La tís Tula y Nueve cartas a Berta

La Escuela de Barcelona

Por su parte, Barcelona contaba con una industria escasamente desarrollada. A partir de una serie de experimentos vanguardistas de José María Nunes, Joaquim Jordà y Jacinto Esteva, con Fata Morgana(1966) de Vicente Aranda, se puso en marcha un movimiento de vocación experimental en torno al cual se agrupa la llamada Escuela de Barcelona (3), influida por la Nouvelle Vague y que rechazaba el cine "mesetario" oficial. Su manifiesto será Dante no es únicamente severo (Jordà-Esteva, 1967). En este movimiento se inscriben la excelente Ditirambo, realizada en 1967 por el novelista y director Gonzalo Suárez, cuyo cine tendrá siempre una fuerte carga literaria, o la imprescindible Nocturn 29 (1969) de Pere Portabella. Otros nombres surgidos de este movimiento son Román Gubern, Ricardo Bofill, Carles Santos, LLorenç Soler o Jaime Camino.
Lejos de los árboles (Esteva) - Dante...- Nocturn 29 - El espectador (Santos)

Fotogramas de Lejos de los árboles (Esteva), Dante..., Nocturn 29 y El espectador

Los Años 70

En la crisis artística de los 70 son una excepción Víctor Erice y el productor Elías Querejeta. Erice aportó al cine español una pieza excepcional, El espíritu de la colmena (4) (1973), descarnado retrato, a través de las experiencias de dos niñas, de la España rural tras la Guerra Civil. Posteriormente sólo completó dos largometrajes, El sur (5) (1982) y El sol del membrillo (1992), documental con el pintor Antonio López.
Espíritu de la colmena - El sur - El sol del membrillo (Erice)

El espíritu de la colmena, El sur y El sol del membrillo (Erice)

En 1979, Iván Zulueta realizó una de las obras más rompedoras, Arrebato (6), película de culto, obra maestra y maldita, en la que el cine es el protagonista.
Estados Unidos
Cine frente a televisión
Por influencia de la estética de las series de TV, las pequeñas compañías producen películas "menores" que abordan temas de la vida cotidiana norteamericana, tratados de manera sobria y directa y sacan las cámaras a las calles y los exteriores.

Marty - 12 hombres sin piedad - Edge of City
fotogramas de Marty (izq.), 12 hombres sin piedad (centro) y Edge of City (dcha.)

Los artífices de esta corriente fueron la primera generación de realizadores procedentes de la nueva industria televisiva. Delbert Mann mostraba en Marty (1) (1955) el reverso del tópico romántico, al narrar la historia de amor entre un carnicero maduro y una apocada institutriz; Sidney Lumet hizo en Doce hombres sin piedad (Twelve Angry Men (2)), 1957) un severo diagnóstico de la sociedad norteamericana, a través del retrato de los miembros de un jurado encerrados en la sala de deliberaciones; y Martin Ritt completó obras que se interrogaban sobre la decadencia moral de la sociedad occidental como Donde la ciudad termina (Edge of the City, 1957) y Hud (1963). Sin embargo, una vez integrados en la industria de Hollywood, estos jóvenes directores cederán a la presión del mercado y su obra posterior mostrará en raras ocasiones el vigor mostrado en sus primeras películas.

En busca de fuentes de inspiración
En estos años tuvo un cierto grado de aceptación entre el público universitario el cine europeo con pretensiones más intelectuales (Fellini, Bergman, la Nouvelle Vague). Como respuesta, Hollywood producirá adaptaciones de obras de sus dramaturgos más comprometidos como Tennessee Williams y Arthur Miller, y de novelistas como William Faulkner.

De este modo, surgieron películas como Baby Doll (1956) de Elia Kazan, La gata sobre el tejado de zinc (Cat over a Hot Tin Roof , 1958) de Richard Brooks, y La Noche de la iguana (Night of the Iguana, 1964) de John Huston, todas ellas basadas en piezas teatrales de Tennessee Williams; y El largo y cálido verano (The Long Hot Summer, 1957) de Martin Ritt, a partir de la célebre novela de Faulkner.

Nueva dimensión de los géneros
Si en la edad de oro de Hollywood la producción se articulaba en torno a una férrea estructuración por géneros, ahora algunos directores crearán obras que buscan renovar y superar estas categorías. Tal es el caso del western "intelectual" Johnny Guitar (1953), y de Rebelde sin causa (Rebel without a Cause, 1955) de Nicholas Ray; de El apartamento (The Apartment (3), 1960), una de las más agrias comedias, tal vez la mejor, de Billy Wilder; o el de las nuevas aportaciones al género policíaco, encabezadas por Sed de mal (Touch of Evil, 1958) de Orson Welles, y por Atraco perfecto (The Killing, 1956) de Stanley Kubrick.

Rebelde sin causa - El apartamento - Jauría humana - Bonnie & Clyde 
Rebelde sin causa (izq.), El apartamento, Jauría humana y Bonnie & Clyde (dcha.)

Otro de los grandes creadores de ese momento fue Arthur Penn, cuya obra refleja de manera crítica y precisa la hostilidad del medio social a la diferencia y la violencia del ser humano. Su estilo profundo y contenido está presente en las magníficas La jauría humana (The Chase, 1966) y en Bonnie and Clyde (1967). En 1970 realizó Pequeño gran hombre (Little Big Man), una visión crítica y desmitificadora de la conquista del Oeste.

Con la aparición en 1961 de West Side Story de Robert Wise y Jerome Robbins, se recuperaba el género de la comedia musical, al que se unieron otras obras que se convertiran en clásicos modernos del género como My Fair Lady (George Cukor, 1963), Camelot (Joshua Logan, 1967) y Cabaret (Bob Fosse, 1972).

En otro orden de cosas, Blake Edwards realizó la desgarradora Días de vino y rosas (Days of Wine and Roses, 1962),Robert Mulligan la hermosa Matar a un ruiseñor (To Kill a Mockingbird, 1962) y Samuel Fuller la durísima Corredor sin retorno (Shock Corridor, 1963).

Corredor sin retorno - Profesor chiflado - West Side Story
Corredor sin retorno (izq.), Profesor chiflado (centro) y West Side Story (dcha.)

También se recupera el género cómico con algunas películas notables de Jerry Lewis, con un sentido del humor inteligente y extravagante: El profesor chiflado (The Nutty Professor, 1963) o Las joyas de la familia (The Family Jewels, 1965).



Nuevas corrientes
Con la irrupción de la nueva moral hippy y el rechazo a la guerra de Vietnam a finales de los 60, la industria de Hollywood se sometió a una reconversión ideológica, que cuestionaba las bases de los ideales americanos. Así, el director de origen berlinés Mike Nichols con ¿Quién teme a Virginia Woolf? (Who´s Afraid of Virginia Woolf, 1966), y con El graduado (The Graduate, 1967) representa ya a las nuevas generaciones. El actor y director Dennis Hopper irá un paso más allá con su autocrítica Easy Rider (4)(1969), un ataque frontal al estilo de vida americano. En esta línea también se inscriben obras como Cowboy de medianoche (Midnight Cowboy, 1969) del inglés John Schlesinger y Alguien voló sobre el nido del cuco (One Flew over the Cuckoo's Nest, 1975) del checo Milos Forman.

Easy rider - Grupo salvaje - El padrino 
Fotogramas de Easy rider (izq.), Grupo salvaje (centro) y El padrino (dcha.)

En los años 70 Hollywood incorporó unas dosis de erotismo y de violencia a sus filmes desconocidos hasta entonces en un cine tantos años amordazado por el código Hays. En esta línea se enmarca la obra desgarradora y siempre al límite de Sam Peckinpah, que con Grupo salvaje (The Wild Bunch (5), 1969), Perros de paja (Straw Dogs, 1971) y La huida (The Getaway, 1972), se convirtió en un clásico de la estética de la violencia. Obras que rompieron moldes fueron La semilla del diablo (Rosemary's Baby (6), 1968), Chinatown (1974) del polaco Roman Polanski o El exorcista (The Exorcist, 1973) de William Friedkin, un gran éxito de taquilla.

Películas como Robin and Marian (1976), la excelente película sobre Robin Hood, de Richard Lester, y la saga de George Lucas, Star Wars, iniciada en 1977, revitalizaronn el cine de aventuras.

En estos años se consolida Francis Ford Coppola, una de las grandes promesas del cine americano que triunfó en 1972 con una de las grandes películas de la historia, el retrato de la mafia italoamericana de El Padrino (The Godfather (7)), y en 1974 con la excelente La conversación (The Conversation), sobre la vida privada y la responsabilidad personal mezcladas con intrigas por el poder.

Independientes y otros
Al margen de la gran industria, aparecen una serie de realizadores que, por su personalidad y por su obra al margen de las grandes productoras, serán llamados independientes (indies). Destaca la obra del actor y realizador John Cassavetes, que comenzó a dirigir, dentro de la Escuela de Nueva York y del New American Cinema, con la película Shadows (1960), a la que siguieron Faces (1968), Husbands (1970) y Una mujer bajo la influencia (A Woman under the Influence, 1974), películas de estilo muy personal y gran libertad expresiva, y que dan gran importancia a los diálogos y a la improvisación.

El rebelde e innovador Robert Altman, un realizador nacido en Buenos Aires que acabará siendo uno de los grandes, dirigió en 1970 la hilarante MASH (8)y en 1975 Nashville. El también inconformista Richard Brooks, un gran especialista en adaptaciones literarias, realizó el western Los profesionales (The Professionals, 1966), una historia de Frank O´Rourke, A sangre fría (In Cold Blood, 1967) de Truman Capote o Looking for Mr. Goodbar (1977) de Judith Rossner. Del también independiente Monte Hellman es, entre otras, Two Lane Blacktop (1971).

Los profesionales - MASH - Una mujer bajo la influencia 
Los profesionales (izq.), MASH (centro) y Una mujer bajo la influencia (dcha.)

Rabiosamente independiente y artística, Carolee Schneemann se expresaba manipulando el cuerpo humano y diversidad de materiales y soportes, incluso interviniendo manualmente en el celuloide. Fuses (1967) es un ejemplo de sus films polémicos, de imaginería sexual, rompedor de tabúes y de técnicas de hacer cine.

La más notable de los directores del movimiento independiente fue Shirley Clarke, junto a los Maya Deren, Stan Brakhage, Jonas Mekas, Michael Snow, Kenneth Anger y Andy Warhol. En 1959, Clarke realizó Bridges-go-round, un poema de expresionismo abstracto. Evolucionó hacia el realismo, siguiendo las propuestas del cinema verité y contribuyó al surgimiento del new american cinema y de las distribuidoras no comerciales. Su primer largo, que causó sensación, fue The Connection (1961), sobre un grupo de adictos a la heroína esperando a su vendedor.

Francia

La Nouvelle Vague


Cahiers du Cinema - Bazin - Directores Nouvelle Vague 
Portada de la revista Cahiers du Cinema, retrato de Bazin y Directores Nouvelle Vague


Agrupados en torno a la revista Cahiers du Cinéma (1), un grupo de jóvenes intelectuales, impetuosos y con un gran amor por el cine, se enfrentaron al cine francés "de qualité" de la época. Bajo la influencia de los escritos de André Bazin, que defendía el realismo en el cine, criticaron la sumisión del cine francés a la literatura, rechazaron la dominación de los productores sobre la obra final y reivindicaron la figura del autor como entidad creadora del film. Fieles admiradores de Hitchcock, de Ford y de otros directores, proclamaron la grandeza del cine clásico americano por su carácter "anti-intelectual" y reivindicaron el montaje.
Frente a la rígida organización de los estudios de Hollywood, estos jóvenes franceses plantearon nuevos métodos de producción, con presupuestos muy reducidos, que les permitieron acceder a la industria por sus propios medios.
Al nuevo grupo de jóvenes pertenecientes al círculo intelectual de la revista Cahiers du Cinema, se les conocerá como la Nouvelle Vague (Nueva Ola) y éstas son algunas de las características de sus películas:
  • bajo presupuesto.
  • rodaje en exteriores y con pocos medios técnicos.
  • uso de cámaras ligeras para rodar en mano y con libertad.
  • redescubrimiento de la mirada de la cámara con movimientos novedosos.
  • tomas largas al estilo de Preminger o Mizoguchi.
  • personajes sin rumbo ni expectativas en la sociedad pequeño burguesa.
  • momentos de improvisación de rodaje y de los actores.
  • montaje discontinuo.
  • planos-homenaje a otros autores.
Le beau Serge - 400 coups - A bout de souffle - Paris nous appartient 

Fotogramas de Le beau Serg (izq.), 400 coups, A bout de souffle, Paris nous appartient

Una serie de largometrajes realizados en 1959-60 marcan el nacimiento de este movimiento, que nunca fue homogéneo. Los principales directores de la Nouvelle Vague son:
  • François Truffaut, el discípulo predilecto de Bazin, que con Los cuatrocientos golpes (Les quatre cents coups) ganó el Gran Premio del Festival de Cannes en 1959.
  • Jean Luc Godard, el más subversivo y antiacadémico del grupo, hizo también en 1959 Al final de la escapada (A bout de souffle) rompiendo todos los moldes e iniciando un nuevo lenguaje.
  • Claude Chabrol, gran seguidor de Lang y Hitchcock, indagó en la construcción del relato y sobre el hombre social en El bello Sergio (Le beau Serge, 1958) o Los primos (Les cousins, 1959).
  • Jacques Rivette, que debutó con la hermosa, París nos pertenece (Paris nous appartient, 1960). Luego será un director minoritario y marginado por los circuitos de distribución por sus películas demasiado originales como Out 1 (1971), de 13 horas de duración.
  • Eric Rohmer, tras algunos filmes con fuerte carga existencialista, desarrolló una obra muy personal y coherente, fiel a un estilo sencillo pero agudo. Mi noche con Maud (Ma nuit chez Maud (1969) y Le genou de Claire(1970) forman parte de sus Seis cuentos morales.
  • Alain Resnais, tras la rompedora Hiroshima, mon amour (1959), mantuvo su estilo hermético pero de gran impacto con L´année dernière à Marienbad (1961), La guerre est finie(1966), Je t´aime, je t´aime(1968), etc...
El guión de Hiroshima, mon amour era de Marguerite Duras, que también dirigió algunas películas basadas en sus propias novelas. En ellas rompió el modo convencional de narrar y buscó nuevos caminos de comunicación. En la lírica India Song (1975), la banda de sonido cobra tanto interés como la de las imágenes al experimentar con el contrapunto, separándolas por completo.
Los directores de la Nueva Ola llevaron a cabo una verdadera renovación del lenguaje cinematográfico. A ellos se debe la consolidación del concepto de cine de autor.
Pero en su evolución posterior adoptarán rumbos distintos, sobre todo a raíz de la crisis política de mayo del 68. Frente a Jean-Luc Godard, el más radical, que se pasó al cine militante marxista, de escasa difusión, otros optaron por integrarse dentro de las estructuras tradicionales de la industria del cine, aunque mantuvieron siempre su voz personal, a diferencia de lo ocurrido con los independientes americanos. Ese fue el caso de Claude Chabrol y François Truffaut. Chabrol inició con La mujer infiel (La femme infidèle, 1968) una etapa de películas policíacas como El carnicero (Le boucher, 1969), Relaciones sangrientas (Les nouces rouges,1972), e Inocentes con las manos sucias (Les innocents aux mains sales, 1975). En la línea de Clouzot diseccionará con enorme agudeza en sus filmes la sociedad de provincias.
Hiroshima - Cléo de 5  a 7 - Le genou de Claire - Z 

Fotogramas de Hiroshima..., Cléo de 5 a 7, Le genou de Claire y Z

Desde planteamientos más ortodoxos que los de Godard, otros cineastas de izquierdas se decantaron por películas con fuerte carga política en las que se recuperaban episodios recientes. Tal es el caso de Z (Z ou l`anatomie d`un assassinat,1968), con guión de Jorge Semprún, inspirada en el asesinato del político griego Lambrakis en 1963 por elementos de la extrema derecha y Estado de sitio (État de siège,1972), sobre la guerrilla de los tupamaros uruguayos, ambas dirigidas por el director de origen griego Constantin Costa-Gavras. También Louis Malle se acerca a los episodios más sórdidos del pasado histórico francés en Lacombe Lucien (1973), que causó mucha polémica en Francia al cuestionar el heroísmo del pueblo durante la ocupación alemana. Más adelante volverá sobre la época con la extraordinaria Adios, muchachos (Au revoir, les enfants, 1987).
Al margen de la Nouvelle Vague, hicieron cine directores como:
  • Jean Rouch,profundamente implicado con el destino de África, es uno de los más importantes documentalistas de la historia del cine, Cronique d´un étè (1961).
  • También Chris Marker comenzó como documentalista pero después hizo cine experimental en películas como Lettre de Sibérie (1958) y La jetée (1964), consideradas como un nuevo género, el ensayo fílmico.
  • Jacques Demy, con el melancólico cuento musical Les parapluies de Cherbourg (1964), y con otra exitosa comedia musical, Les demoiselles de Rochefort (1969).
  • En Les parapluies de Cherbourg actuó su mujer, Agnès Varda, precursora de la nueva ola con La pointe courte (1956). En 1962 realizó Cléo de 5 à 7, en la que el tiempo de la acción coincide con el de proyección. Esta cineasta mantendrá propuestas feministas en obras como Una canta, la otra no (L'une chante, l'autre pas, 1976), y Sin techo ni ley (1985).
  • Louis Malle, con Los amantes (Les amants, 1958),Fuego fatuo (Le feu follet, 1963) o El soplo al corazón (Le souffle au cœur, 1971). Mas tarde se exiliará en Estados Unidos y no volverá a filmar en Francia hasta 1987.
  • Robert Bresson, seguirá trabajando de forma independiente con su estilo ascético al margen de las modas. En este período hará Au hasard Balthazar (1966), Quatre nuits d´un rêveur (1971) o Lancelot du Lac (1974) en el marco de una filmografía muy corta (apenas 13 largometrajes en casi 50 años).
La jetée - Paraguas de Cherburgo - Lacombe Lucien - Jonás 

Fotogramasde La jetée, Paraguas de Cherburgo, Lacombe Lucien y Jonás...

Paralelamente, y como consecuencia de la nouvelle vague surge en Suiza "el grupo de los cinco", germen del Nuevo Cine Suizo, cuyos representantes más importantes son Alain Tanner y Claude Goretta, con las características de la Nouvelle Vague y del Free Cinema. Las primeras grandes películas de Tanner son La salamandra (La salamandre, 1971), El medio del mundo (Le milieu du monde) (1974) o la sugestiva Jonás, que cumplirá 25 años en el año 2000 (Jonas qui aura 25 ans en l'an 2000, 1976).

El Nuevo Cine Latinoamericano

En México continuó su obra Luis Buñuel (vd. Autores), que realizó en estos años sus últimas obras mexicanas como El ángel exterminador (1962) y Simón del desierto (1) (1965), antes de regresar a Europa dónde rodará el resto de su obra, especialmente en Francia.
Pero a nivel general, las leyes que nacionalizaron el cine mexicano para arrancarlo del monopolio de los estudios de EE.UU. acabaron provocando un bache industrial y creativo hasta los años ochenta.
En este período surgió en Latinoamérica un importante impulso cinematográfico influenciado por las nuevas teorías y por las situaciones políticas y sociales -como la Revolución cubana- que creó las bases del llamado Nuevo Cine Latinoamericano (NCL) (2). Era un cine de compromiso y militante, tanto desde posiciones izquierdistas como católicas progresistas, de autores que querían ayudar a transformar el estado de las cosas con sus películas.
Ángel exterminador - Muerte de un burócrata - Lucía
Fotogramas de El ángel exterminador, Muerte de un burócrata y Lucía
Tras la revolución de 1959 Cuba pasó a ser uno de los focos de referencia con la fundación del ICAIC y las visitas de numerosos cineastas europeos que impartieron cursos (Joris Ivens, Wajda, Zavattini, Agnés Varda,...). Se prestó atención a todos los géneros y, como en muchos países del bloque socialista, a la animación y el documental. Con La muerte de un burócrata (1966) y Memorias del subdesarrollo (3) (1968) Tomás Gutiérrez Alea se convirtió en el cineasta de referencia. Con la extraordinaria Lucía (1968) Humberto Solás mostró su inclinación por un cine épico que daba protagonismo a personajes femeninos. Otros nombres importantes son Julio García Espinosa, que filmó la primera película de la Revolución (Cuba baila, 1960), Manuel Octavio Gómez, formado en España y autor de un cine revolucionario, nacionalista y didáctico, y Sara Gómez con la maravillosa De cierta manera (1977).
En Argentina, destacó La hora de los hornos (4) (1968), un ambicioso documental político de más de cuatro horas, convertido en símbolo del NCL ya que su director Fernando Solanas y su guionista Octavio Getino son los autores del manifiesto Hacia un tercer cine. Dentro de la industria destacó Leopoldo Torres Nilsson, especialista en adaptaciones literarias desde Carmen Laforet a Manuel Puig o Bioy Casares pasando por la épica Martin Fierro (1968), y la aparición de los jóvenes Luis Puenzo y Adolfo Aristaraín.
En Bolivia, Jorge Sanjinés lideró el colectivo Ukamau (5), defensor de un cine autóctono y popular que denunciase la discriminación de los indígenas. Es autor de las míticas Ukamau (1966), La sangre del cóndor(Yawar Mallku, 1969) o El coraje del pueblo (1971), obras de carácter colectivo. Tras numerosos avatares y persecuciones políticas, produjo asimismo La nación clandestina (1989).
Hora de los hornos - Sangre del cóndor - Nación clandestina
Fotogramas de La hora de los hornos, Sangre del cóndor y Nación clandestina
En Chile hubo una eclosión del cine hasta el golpe el golpe de estado militar en 1973. Miguel Littin, con las emblemáticas El chacal de Nahueltoro (1969) y La tierra prometida (1973), y Patricio Guzmán, que rodaría ya en el exilio la trilogía La batalla de Chile (1975-78), son los dos realizadores afines a la Unidad Popular (6)más reconocidos.
Chacal Nahueltoro - Deus e o diablo - Vidas secas - Os fuzis
Fotogramas de Chacal Nahueltoro, Deus e o diablo..., Vidas secas y Os fuzis
En Brasil el cine cobra más importancia que en otros países latinoamericanos con el Cinema Novo (7), la versión naciuonal del NCL. Es un cine que aborda los conflictos sociales del país en películas que buscan una estética propia como Deus e o diablo na terra do sol (1964), y Antonio das Mortes (1968) de Glauber Rocha, el líder y teórico del Cinema Novo (8).Otras obras claves del movimiento son Vidas secas (1963), de Nelson Pereira dos Santos, un filme a la vez naturalista y casi abstracto por los desolados paisajes del sertâo, y Os fuzis (1964) y Os deuses e os mortos (1970) de Ruy Guerra, el más comprometido políticamente.


LA LEYENDA DE LA CIUDAD SIN NOMBRE (1969). El mítico musical de Joshua Logan.


la leyenda de la ciudad sin nombre 1969Estamos ante una de las mejores historias de amor y amistad jamás filmadas. En la época de la Fiebre del oro en California, Ben Rumson es uno de esos buscadores del preciado metal que no tenían residencia fija. Rumson rescata a un granjero de Michigan (Clint Eastwood) tras sufrir un accidente en el que fallece su hermano. Desde entonces le toma como su socio. Junto a muchos hombres fundan "La ciudad sin nombre", una ciudad muy peculiar en la que no rige norma de civilización alguna y todo ello en una comunidad de sólo hombres. Un día, llega un mormón con sus dos esposas. Ante la muchedumbre masculina enfurecida (por la falta de mujeres en el lugar), vende a una de ellas (la bellísima Jean Seberg) que resulta ser comprada por Ben (en una de las escenas más divertidas de la historia del cine). A partir de entonces empezará una hermosa historia de amor entre ambos y el socio. Adaptación cinematográfica del musical de Alan Jay Lerner y Frederick Loewe en el que se mezclan de manera muy hábil western, comedia, romance y musical en una sola historia, gracias al buen hacer del director Joshua Logan (quien tiene en su filmografía verdaderas joyas como "Picnic (1955)", "Al sur del Pacífico (1958)" y "Camelot (1967)" entre otras). Una historia de amor que desde otro enfoque hubiera resultado algo sórdida (dos hombres compartiendo una misma mujer) resulta realmente encantadora, gracias al soberbio guión de Lerner.

la leyenda de la ciudad sin nombre 1969

Al igual que sucedió con "Camelot" (Richard Harris), "Gigi (1958)" (Louis Jourdan) y "My fair lady (1964)" (Rex Harrison), Lerner y Loewe volvieron a contar, no con un cantante profesional sino con un gran actor para el papel masculino principal. En este caso fue muy acertada la elección de Lee Marvin que canta sus canciones de una manera peculiar gracias a su ronca voz. Lo tenemos claro con el mítico tema "Nací bajo el signo de una estrella errante" que emociona especialmente al espectador, siendo una de las escenas más recordadas de la historia del séptimo arte. Clint Eastwood también cantó con su propia voz y no lo hizo nada mal en mi opinión (como cuando canta "Gold Fever"), aunque el actor no se sienta nada orgulloso de esta papel (creía que desafinaba mucho) y no volvió a interpretar otro musical. Jean Seberg está maravillosa y hermosísima. Los tres irradian en esta maravillosa película una magia especial. El músico alemán André Previn ("Irma la dulce (1963)", "Gigi (1958)", "My fair lady (1964)" volvió a colaborar con Leiner y Loewe en esta ocasión para los arreglos de las canciones. "La leyenda de la ciudad sin nombre" ocupa sin lugar a dudas un lugar especial en el corazón de muchos aficionados al cine.

Frase para recordar: "Soy un ex-ciudadano de ninguna parte. A veces echo de menos mi hogar".

la leyenda de la ciudad sin nombre 1969


Título original: Paint your wagon.

Director: Joshua Logan.

Intérpretes: Lee Marvin, Clint Eastwood, Jean Seberg, Ray Walston, Harve Presnell.

Trailer:


Escena: 


B.S.O.: 




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